Traicionados

No se si os sonará el nombre 'Bully' en el mundo de los videojuegos... Pues es el nombre del juego que aquí viene a llamarse gracias a la censura 'Canis Canem Edit'. El título en cuestión ha levantado bastante polémica debido a su contenido y sobre todo a su nombre, ya que la prensa no especializada comenzó a 'apalear' a este título sin saber si quiera de que iba. Pasado el barullo inicial la gente comenzó a ver que el juego no iba de estudiantes que mataban a otros estudiantes para grabarlo en vídeo (como se debia pensar esta gente) sino que iba de un chaval que para salir del estereotipo estadounidense de 'pringao novato' tiene que ir trepando hasta alcanzar la cúpula de los personajes más populares. Pues bien, a partir de aquí es donde empieza la parte escabrosa del asunto, y es que demostrado que el juego no es excesivamente violento, ni que fomenta el abuso escolar injustificado (de hecho en ningún país tiene calificación por edades para mayores de 18 años) nos llega la revista Hobby Consolas y nos planta este comentario en la calificación del juego:

"Valoración: Sin ánimo de dramatizar -pues tenemos claro que es solo un juego y no una situación real- la propuesta de 'Canis Canem Edit', tras jugarlo en profundidad, no nos ha gustado. Por primera vez en un videojuego se muestra a chavales normales en situaciones conflictivas dentro de un ambiente tan cercano y real como un colegio, algo que, a nosotros, no nos resulta nada "divertido". Por esta razón hemos decidido no otorgarle ninguna puntuación ni entrar a valorar sus aspectos técnicos o jugables"

Pero vamos a ver panda de desalmados, si no os quereis pronunciar sobre un juego pues no lo hagais, pero no hableis de él a medias para luego decir que es violento con los niños, porque lo único que haceis es crear grietas en un sector bastante acorralado (y encima sin razón) por la prensa general (como se entere de esto Antena 3...). Con esto lo único que han conseguido es despegarse de la comunidad de lectores que les sigue desde hace muchos años. Menos mal que tenemos la revista Edge de enfoque mucho más profesional y centrado en los juegos y no en la publicidad que se genera alrededor de ellos...